La Constitución Española recoge el derecho a la Igualdad en su artículo 14 (“Los españoles son iguales ante la ley…”) a la vez que prohíbe la discriminación entre otras condiciones por sexo (“...sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo...). Esta es una de las vertientes de la igualdad, denominada igualdad formal.
Por otra parte, en el artículo 9.2 de nuestra Carta Magna se
distingue otra acepción, la igualdad esencial o real, al señalar que: “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.
Treinta y dos años después de la elaboración de esta Constitución, las mujeres seguimos percibiendo en la Unión Europea un salario hasta un 25% menor que los varones en el sector privado, así, las mujeres tendríamos que trabajar 418 días para cobrar lo mismo que los varones en 365.
La desigualdad salarial entre mujeres y varones no es un hecho aislado, sino que forma parte de toda una estructura patriarcal que organiza no sólo los salarios sino también la orientación
profesional, la categorización del empleo, la relevancia de unas ocupaciones sobre otras... además de los tiempos que se deben emplear al trabajo remunerado, el ocio, la familia, la amistad, el descanso y en definitiva TODO. El sistema patriarcal se ha sostenido y apoyado hasta la actualidad en la división sexual del trabajo, utilizando a las mujeres dentro y fuera de los hogares según ha convenido.
Claro está, que no todo lo que aparece en la Constitución se cumple de forma íntegra, sin embargo en este caso, tampoco los movimientos civiles reivindican un derecho fundamental que es “A Igual Trabajo, Igual Salario”. Desde esta Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres hemos logrado, a través del Partido Socialista Obrero Español, la instauración del 22 de Febrero como “Día por la Igualdad Salarial entre Mujeres y Hombres”, este puede ser un primer paso, la conciencia y visibilización de semejante injusticia, sin embargo, nuestro empeño no finalizará hasta que en este país los movimientos sindicales incluyan en sus agendas como prioridad la igualdad salarial entre mujeres y varones así como la inclusión en todos los planes de estudios, de una perspectiva feminista que vigile la no sectorización de los empleos según el sexo.
Parafraseando a Virginia Woolf, las mujeres necesitamos 500 libras al año para ser independientes, además de una habitación propia y la posibilidad de tomar una copa de vino, por tanto, si queremos ser ciudadanas de pleno, necesitamos independencia económica, espacio propio y libertad de movimiento, algo que aún queda lejos de la actual realidad de la mayoría de las mujeres, y si alguien lo duda, le pedimos que mire los salarios de las trabajadoras del hogar, la vida de las mujeres forzadas a la prostitución, de las mujeres migrantes, las mujeres mayores, y en definitiva, miles de cientos de mujeres en este país que sus salarios, cuando los tienen, no les permiten elegir su propia vida ni tener una vida digna.
